Escribo una nueva colaboración para Culturamas, en este caso la reseña del libro de poemas «Urgencia de lo minucioso de Luis Ramos, publicado por Lastura.

SURCOS QUE SON PALABRAS Y CRECEN COMO ÁRBOLES HACIA LA LUZ

En palabras de Josep María Esquirol: «Cantamos para celebrar, y cantamos, también, para no tener miedo: para celebrar cosas de la vida, y para no tener tanto miedo a la muerte. De ahí que la esencia de la palabra sea el canto y que toda palabra valiosa palpite, o bien la celebración, o bien el amparo». Así comienza Humano, más humano. Una antropología de la herida infinita, publicado por Acantilado. La más reciente entrega lírica de Luis RamosUrgencia de lo minucioso (Lastura) se abre con tres citas harto significativas, la primera de Olvido García Valdés: “…voy y miro y todo es // como si no fuera yo quien lo mirara”, la extrañeza, el afuera del que mira y del objeto como punto intermedio de unión, como lugar del conocimiento; “Wo ich umher mich leite” de Hölderlin, que podríamos traducir como “hacia dónde me dirijo”, el paseo, la horizontalidad como forma de acceso hacia lo desconocido, el movimiento, ¿del hombre, del pensamiento?, como primera vía de conocimiento del mundo; y, por último, “convertir la palabra en la materia”, palabras de José Ángel Valente, la poesía como constructo de la realidad, materialidad del lenguaje. Ya en estas tres citas se nos ofrece el libro de poemas en sus claves interpretativas iniciales: verticalidad, horizontalidad y materia. Todo ello, como mostraré más adelante, a través de la apertura que da la herida, pues será en y tras la herida donde el mundo nos otorgue significado, celebración, amparo y canto.

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«Urgencia de lo minucioso», de Luis Ramos