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Semillas en campos ajenos

Poesías, prosa, reseñas y fotografías de Pablo Antonio García Malmierca

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PIEdiciones

Comienzo

Siempre es difícil
comenzar una etapa.
Las losas convertidas
en azote de tus sentidos.

Se evaporan
los tímidos cascotes
que acarician tu oído.

Pensé
dejar atrás tantas cosas…
Tus latidos,
mis querencias,
el abrigo de tus labios,
el yermo de mis días.

Nunca hubo saltos al vacío,
me quedé sentado al borde,
famélico,
perseguido por mi propia jauría.

Los ecos agudos de tu voz
clamaban ausencias;
la ronquera de mis logros,
perseguía tu descanso.

Decidimos abarcar el vacío,
repoblar la singladura,
acariciar el sinsentido.

©  Pablo Malmierca, poema.
De No comas mi corazón.
© Piediciones, Edición.

http://www.vocesdevanguardia.com/index.php?route=product/product&product_id=100

«El país donde se enredan las palabras», reseña de «Al pie de la letra», Atilano Sevillano, Piediciones: 2017.

Atilano Sevillano actualmente imparte talleres de escritura creativa y cultiva la poesía visual, con ya cerca de 300 obras expuestas.

En Salamanca cofundó y codirigió la revista salmantina Aljaba. Papeles literarios. Es colaborador frecuente de numerosas publicaciones literarias tanto en España como en Hispanoamérica.

Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía de Barcelona. Está incluido en numerosos repertorios de autores como el Diccionario de autores españoles de la Cátedra Miguel Delibes.

Es autor de diversas obras entre las que destacan el poemario Presencia indebida con Prólogo de Claudio Rodríguez y de otros libros de microrrelatos como Lady Ofelia y otros relatos.

Ha participado en numerosas obras colectivas como Cosas que nos importan publicado por la Playa de Ákaba o en la reciente Pucela negra y criminal.

 

Para comenzar a hablar del libro que nos ocupa hoy, Al pie de la letra. Microrrelatos de la A a la Z. Me gustaría hacerlo con una cita de uno de los relatos hiperbreves que lo componen, en concreto del titulado «Apócrifo», la cita dice así:

«Hablamos de un país donde se enredaban las palabras y el otoño no regresaba hasta la primavera y no había un colorín colorado»

Pues bien nos encontramos ante un país compuesto por 120 microrrelatos que dibujan un paisaje propio que va creciendo conforme avanzamos en la lectura de este magnífico libro. Escenas de lo cotidiano que como dice otro de los textos aparecen tras «darse una vuelta por la vida».

Retratos-relatos que tienen como nexo común una visión, ya apuntada por David Acebes en el epílogo que acompaña el texto, cercana al existencialismo donde la soledad, la ironía, la deconstrucción tan grata a la visión postmoderna de la literatura se hacen  letra en el libro del que hoy nos toca hablar. Apunta Acebes además otros dos grandes temas el amor-desamor expresados como dicotomía complementaria a ese sentimiento de soledad que acompaña al libro.

Quizá y ya desde una óptica más personal y desde mis propias lecturas yo otorgaría al libro un cierto aire decadentista, si entendemos este movimiento literario de una forma un tanto simplista como «Un movimiento que arremete contra la moral y las costumbres burguesas, pretende la evasión de la realidad cotidiana, exalta el heroísmo individual y desdichado y explora las regiones más extremas de la sensibilidad y del inconsciente», muchas de las historias y, sobre todo, el planteamiento que Atilano hace desde su fina ironía, se acercan mucho a la crítica social, a la evasión de un mundo que en ocasiones no se comparte aunque se sea parte integrante de él, un mundo tamizado y visible desde la propia sensibilidad del narrador que los subjetiviza en la mayoría de las ocasiones a través de la alta y la baja cultura librescas, léase el cómic o los clásicos como Dostoievski o Cervantes.

Atilano mezcla ese punto de vista ultra refinado que caracteriza al decadentismo con las técnicas más propias de la posmodernidad o ultramodernidad. Hábilmente se entremezclan en una misma historia Superman y Cervantes, sin olvidarnos de Anna Karennina o la misma Madame Bovary, pasando por el mismísimo Kafka. Alta y baja cultura al mismo nivel.

El microrrelato es a la vez el género más breve pero a la vez uno de los más complicados de escribir, requiere por parte del autor un despliegue de técnicas y recursos difíciles de integrar en el texto, destacaré entre otras la búsqueda de un final sorprendente que deje al lector perplejo, la mezcla de planos narrativos y temas; la alternancia de puntos de vista en los narradores, la unión como decía antes de alta y baja cultura, el mundo del cómic con obras como el Quijote; la inclusión del lector en el texto. Y es aquí donde coincido con David Acebes en su epílogo, estamos ante un género posmoderno, pero más que por los contenidos, por las técnicas utilizadas, pues como ya dije antes el tono general lo acerca más a las grades obras decadentistas de autores como Jules Barbey d’Aurevilly y Joris-Karl Huysmans.

Otra de las características propias de Atilano es la reutilización de lo que la lingüística textual ha llamado «textos de desecho», además de narraciones o textos dialogados muy próximos al teatro, cuando no teatro propiamente dicho; aparecen anuncios clasificados, certificados, crónicas periodísticas, informes policiales, listas, posit. Todo un despliegue narratológico que demuestra el empleo del género por parte del autor. Un libro por tanto que se abre en 120 microrrelatos, originales no solo por su variado contenido, sino también por convertirse en un auténtico catálogo de técnicas y recursos literarios.

Además de los temas referidos anteriormente: amor, desamor, reescritura de los clásicos, mezcla de alta y baja cultura. Aparecen otros muchos: la cotidianeidad, los objetos como personajes, las reflexiones sobre el propio lenguaje, la metaliteratura, los bestiarios medievales, la metafísica, la reescritura donde Atilano rinde su pequeño homenaje a su otra gran faceta la poesía visual.

Estamos, por tanto, ante un libro rico en lecturas, que se desdobla y pliega sobre sí mismo para ofrecernos desde planteamientos posmodernos de reescritura y revisión de los clásicos una visión muy cercana al decadentismo donde lo individual realiza una crítica de lo social desde el distanciamiento de la ironía que tan bien maneja Atilano. Un libro ameno, que tiene la capacidad de sorprendernos en cada nuevo microrrelato, algo harto difícil si pensamos que este pequeño libro está compuesto por 120 textos. Para amantes del género, pero también para todos aquellos que quieran disfrutar de la buena literatura y de las grandes historias, aunque como en este caso en pequeño formato.

Al

«No comas mi corazón» ya a la venta

Ya se puede adquirir mi nuevo poemario No comas mi corazón publicado por la editorial Piediciones a través del siguiente enlace:

http://www.piediciones.es/index.php?route=product/product&product_id=100

Os dejo la nota editorial sobre el libro:

Y entre el desgarro y la belleza en como Malmierca se defiende de la hosquedad y el deterioro de una sociedad que se agrieta y se devasta alrededor de sí de los suyos.

Si es noble oficio el de levantar su obra entre los escombros, lo es en la mismamedida hacerlo con la honestidad que el poeta demuestra en sus versos, desprovistos por completo del artificio vanidoso de la poesía escrita en pos de su lectura. En esta obra, el autor se desnuda al completo sin pensar siquiera en el propósito editorial, pues es tal la verdad que adorna su poesía que es tan solo el pensamiento propio lo que enseña, sin que sirva de excusa la existencia del lector para esconder el resultado de su observancia y análisis.

Sin pudor, pues se acoge a derecho –en libertad– de expresar su emoción ad hoc su intelecto y su maestría como escritor, al mismo tiempo que se delata a los demás como un observador crítico de la corrupción del ser humano en sociedad; y, aún así, al igual que en su anterior obra, dD (Piediciones, 2016), sin perder la conmoción de aquel que observa con la mirada piadosa del amante padre en connivencia con unos hijos que caminan sobre la desolación del paisaje árido de la vida en sociedad del siglo XXI.

Con fotografía de portada e interiores del artísta gráfico y fotógrafo Fernando García Malmierca.

No comas mi corazón, prólogo.

Militia est vita hominis super terra
La presencia de esta cita latina de la Vulgata y del libro de Job en uno de los primeros poemas de este libro; cita, por otra parte, tan sugerente siempre y tan cercana al concepto de aventura poética, le sirve a Pablo Malmierca para continuar la senda que tomase en su anterior y arriesgado libro dD, en el que a partir del concepto de desgarramiento, marcado desde su inicio por una cita de Hegel: “El espíritu solo conquista su verdad cuando es capaz de encontrarse a sí mismo en el absoluto desgarramiento”, se plantea una aventura dialéctica a través del amor en la que el héroe de aquel libro frontera, dD, aparece ahora como un sujeto épico y poético, como un Hércules de carácter mitológico, en continua lucha para llevar su vida sobre la tierra desde la óptica del amor desgarrado y descorazonador, y la pérdida, o la transformación de la palabra y el poema enredados y ofrecidos al modo clásico, en esa épica peculiar y tan de reliquia que expone de forma clara entre sus versos.
 
No comas mi corazón, supone una clara continuidad, ahora desde la complementación de la épica del mundo clásico o barroco, con la propia forma de decir del poeta, con ese mundo de introspección psicológica que apareciera en sus versos anteriores y que definen su voz y su forma de mirar (“Esencia de continuidad / en el cuerpo ajeno del pasado”).
No obstante, conviene decir que en este caso el lector va a encontrarse con una serie de poemas ubicados en una suerte de sinfonía de transformación simbólica estructurada en seis tiempos diferenciados, en los que el proceso creativo avanza y se desarrolla significativamente desde la presencia inicial de un héroe cercenado hasta su transformación en otro personaje diferente gracias a la poesía. Todo ello al lado de cierta dualidad continua que obliga al autor a buscar una salida necesaria (“Después de morir en todo/ vivir instalado en tu cuerpo”) a través de las palabras y la experiencia poética siempre en lid y renacidas, a veces, de sus propias cenizas dialécticas: “prólogo / epílogo”, “pensamientos/sentimientos”, “humedad / sequía”, “tú / yo; todo / nada”.
Igual que sucediera con dD, en este libro frontera, -como podríamos definir la forma de construir los poemas de Pablo Malmierca-, aparece la búsqueda de la identidad marcada por una forma de lucha (“preso del ritmo de tus versos / de la sombra de sus pasos / de la crisis de su fuego”), de militancia en esta poesía desgarrada que se encuentra latiendo en los diferentes estados físicos de la materia, líquido, sólido o gaseoso; estados que se entrecruzan mezclándose con otro nuevo, que intersecciona con ellos complementándose, y que parece ser una especie de estado físico poético de carácter poliédrico, centrado en esta peculiar forma de mirar, caleidoscópica y vítrea que busca su salida en la luz de una poética peculiar, tan tenaz y dura como la propia soledad.
La mezcla, la trabazón de la palabra poética y las citas clásicas con un lenguaje de lucha y unos parámetros y personajes, a mi modo de ver y como ya apareciera en su anterior libro, simbólicos y cercanos de alguna manera al mundo del Cómic y a cierto tipo de barroquismo, hacen de No comas mi corazón, un libro de poemas que podríamos incluir en un modo de escribir que, atendiendo a sus ingredientes poéticos, épicos y próximos al Cómic, calificaríamos -sin querer crear ningún tipo de categoría poética sino un modo de acercamiento a esta escritura- como una muestra de lo Poepicómic, donde el personaje épico, el poeta en este caso, como un Caravaggio redivivo en los versos y blandiendo esa “Humilitas occidit superbium” que aparece citada en el poema Vanitas vanitatis, llegará a ser consciente de que el orgullo y la codicia del héroe solo pueden desaparecer tomando la espada de la humildad para cortarle la cabeza al gigante de los miedos, la angustia y la pérdida de ese amor. Humildad necesaria desde la que busca integrarse en la experiencia y la aventura poéticas para encontrar una salida (“Reiné triunfante sobre el fracaso y la codicia / en tu nombre ignoto desequé raíces / navegué en un viaje inacabado”); por eso el poeta luchará desde esa sencilla humildad de entrega, pues se sabe necesitado de la otra parte de la dualidad a la que busca para integrarse (lugar / no lugar) y encontrar alguna salida.
En el análisis de la presencia de lo Poepicómic entre los versos de Pablo Malmierca y desde la propia aventura amorosa, no deja de ser curiosa y llamativa la importancia que tiene la cita de Fausto de Goethe que aquí se incluye: “Vi veri universum vivus vici” y que, como sabemos, aparece en el Cómic original V de Vendetta de Alan Moore en el que se basa la famosa película; así como el personaje Tetsuo “El hombre de hierro” tan cercano al Cómic; los inquietantes personajes nórdicos, Geri y Freki, lobos de leyenda y compañeros de Odin, representantes genuinos de la codicia; o los interesantes, intrigantes y descorazonadores amores de reliquia medieval entre Crisele y Memmón.
Ese poder de la verdad que aparece en la cita de Fausto y que Pablo Malmierca incluye de manera tan certera para elevar el orden poético, aclara el contenido moral de este libro que basa su forma de mirar (“Si supieras el valor de una mirada/ no venderías cara tu presencia”), su aventura y su lucha poéticas (Quamodo fabula sic vita), en una necesidad de salvar en la lucha de amor en la que se aventura, al menos las palabras; aunque el grito del poeta, -que desgarra desde dentro-, suponga un cuchillo que flota avisándole a él y al lector de lo necesario que es el compromiso poético que implica la cordura.
Resulta curioso observar cómo también, a tenor de la aparición de este punto de vista moral, parece que lo que hemos llamado aquí Poepicómic, característico de esta forma de hacer versos, se complementa con un posible modo de mirar más Poeticómic, que conformaría una de las claves de esta peculiar, ética, intensa y cruda poesía, a la que desde No comas mi corazón, el autor nos está invitando.
Luis Ramos de la Torre, prólogo a No comas mi corazón, de Pablo Malmierca (PiEdiciones, 2017).

Próximamente «No comas mi corazón», mi nuevo poemario.

Tengo que daros una gran noticia, próximamente, en concreto el 7 de noviembre, será la primera presentación de mi nuevo poemario «No comas mi corazón» publicado con mi editorial de referencia, Piediciones.

En esta ocasión el libro aparecerá prólogado por el poeta y experto en la poesía de Claudio Rodríguez, Luis Ramos, que ha realizado un espléndido trabajo dando las claves de una obra que se abre en múltiples facetas.

Además hay que destacar que cuento con la extraordinaria colaboración de Fernando García Malmierca, fotógrafo zamorano que ha colaborado con siete fotografías interiores, que preludian cada una de las parte en que se ha dividido el libro y con la foto de portada. Fernando es un artista reconocido a nivel internacional y contar con su trabajo es un lujo que nunca podré agradecerle lo bastante.

«No comas mi corazón» supone un paso adelante en mi poesía. Si dD era un libro introspectivo marcado por el yo y el él, este nuevo trabajo es una introspección en el nosotros desde un punto de vista ético. Y qué mejor que un sentimiento universal como el amor con sus múltiples facetas para recorrer esa ética del ser humano.

Conforme se acerque su publicación iré desgranando más aspectos del libro.

Reflexiones sobre mis últimas presentaciones de «Catálogo de terrores domésticos».

Ayer se cerraba un ciclo de presentaciones de «Catálogo de terrores domésticos», era la última presentación oficial del libro hasta después del verano. Ahora quedan firmas en ferias del libro y encuentros con alumnos de institutos a los que he sido invitado. De estas cuatro presentaciones saco, como siempre, muchas más cosas positivas que negativas. Por encima del éxito de público o de ventas, me quedo con el calor de todos aquellos que me voy encontrando en mi camino y que se van incorporando a mi bagaje humano y sentimental. Trijota Domėk Von Laveau ha sido más que el ilustrador del libro, se ha convertido en el compañero ideal en las presentaciones, su espontaneidad y frescura han dado un toque diferente a este libro. Mis editores, Puri Sánchez PiEdiciones e Iñaki Hernán, que me han acompañado con gran profesionalidad en todos los eventos y a los que agradezco su enorme confianza en mi obra. A Alberto Ram Ram, sin el cual no hubiese sido posible la extraordinaria presentación en Valladolid junto a Impro Valladolid Teatro. A Pale Reader por ceder Letras Corsarias a todos los proyectos que le presento, presentar mis libros allí en primicia se está convirtiendo en una mala costumbre. A Vicente Muñoz Alvarez, quien cerró en León ayer este ciclo de una forma magistral, nadie mejor que él para entender esta obra, que no solo le debe el prólogo sino que, también, buena parte de su génesis. A mi mujer, Cristina Sanchez Perez sin la que todo lo que hago no sería posible. A todos los que nos habéis acompañado en las presentaciones que sois muchos, daros las gracias.
El éxito no se mide en ventas, ni en el aplauso fácil de público. El éxito se mide en todos aquellos que apoyan su espalda contra la tuya y deciden empujar en una misma dirección sin pedir nada a cambio. Allí estaré siempre para ellos.

El temblor ante una nube. Reseña de «Nubes de evolución», Luis Ramos: Piediciones. www.piediciones.es

 

 

Ha amanecido. Y cada esquina canta,

tiembla recién llovida. Están muy altos

el cemento y el cielo.

Me está llamando el aire con rutina,

sin uso.

El violeta nuevo de las nubes

vacila, se acobarda. Y muy abiertas

vuelan las golondrinas y la ciudad sin quicios,

el bronce en flor de las campanas. ¿Dónde,

dónde mis pasos?

Tú no andes más. Di adiós.

Tu deja que esta calle

siga hablando por ti, aunque nunca vuelvas.

Casi una leyenda, Claudio Rodríguez.

 

 

Pese a su pequeño tamaño este libro se despliega de forma asombrosa cuando comenzamos a leer sus páginas, conforme nos vamos adentrando en él descubrimos una poesía que trata de des-velarnos la realidad oculta a los ojos de múltiples formas.

En este poemario se ofrecen una serie de claves que nos servirán para poco a poco conocer mejor el mundo que nos rodea y por ende a nosotros mismos y a nuestros semejantes. Todos podemos contemplar la realidad, el mundo se nos ofrece tal cual es, pero aquí «Nubes de evolución» nos insemina con una serie de dudas de carácter existencial y yo diría que hasta ontológico. El mundo como diría Claudio Rodríguez es materia y luz, pero ¿cómo interpretarlo? Aquí se articula el discurso que entronca la idea central de la obra, de una forma muy claudiana el mundo toma su verdadero cariz en dos momentos únicos y efímeros, el crepúsculo y el amanecer; en estos dos momentos las formas toman consistencia más allá de la materia, las sombras toman todo el protagonismo y la luz disuelve los contornos en una forma nueva, es decir, nos desvela el verdadero cariz de los objetos que nos rodean. Sin embargo, como sabemos desde Platón, un mundo de sombras puede ser engañoso, la caverna no deja ver las verdaderas formas. Pues bien, aquí aparecen otras dos formas de conocer la realidad: el reflejo, elemento otorgado por el agua, y el aire como elemento definidor de la materia, Luis toma la voz del filósofo y nos lanza la cuestión de que es el oxígeno que contiene el cántaro la verdadera forma del cántaro, ¿qué define a la realidad, el continente o el contenido? Y todo esto con qué fin os estaréis preguntando, pues bien el agua y la luz como creadoras de significado. El agua es la piel del poema, reflejo cristalino de la vida. Juego del espejo y las sombras. La realidad desvelada en sus formas secundarias, el reflejo del cristal y la sombra proyectada por la luz.

Llegados a este punto aparece el poema recubierto por el agua, por el reflejo de las cosas y sus sombras. Será el canto y no la palabra (el borde de las sílabas, el abrazo de la voz, el clamor de la brisa emocionada) : la música de las palabras. Y el  silencio que dota a la palabra de un significado más potente, sin silencio no habría música. Sin sombra no habría luz, sin reflejo no existiría la imagen. Sin el aire que contiene el cántaro no habría cántaro. Somos yo, pero también él y tú, será el amor el que nos mueva hacia el otro.

Y es aquí donde brota la poesía, después de todo este despliegue conceptual, Luis se para en los seres y objetos más humildes, la gota de lluvia, la brizna de paja, la flor, la libélula, todos ellos frágiles y caducos como el ser humano. Si algo llama la atención de la voz poética es la continua interpelación al lector, no estamos ante una escritura que simplemente se regodee en la belleza, en la contemplación de una realidad subjetivizada. En un determinado momento se nos dice «tu sombra es el camino». Busca mover al lector, hacerle partícipe de una alteridad que se ha conseguido a través de un sentimiento tan humano como el amor.

Esta búsqueda se realiza a través del gesto, el gesto y su corolario el tacto, que como diría Jean Luc Nancy es el sentido total, pues permite sentir al otro, acercarnos a la realidad, pero este conocimiento nunca es completo, ya que podemos acercarnos, pero nunca llegamos a tocar el objeto. El gesto necesita a su vez un motor el temblor, producido por una pulsión de muerte, que se transforma en contemplación de la naturaleza activa en este proceso de conocimiento.

Este proceso de conocimiento del otro, que también lo es de la realidad es siempre ascendente, como corresponde a alguien que ve la vida con el optimismo de un luchador por las injusticias. Desde el propio título, se nos habla de nubes, hasta las continuas referencias a las flores o a elementos verticales que indican el optimismo vital de la voz que ha creado aquí el poeta, marcada por la llamada a la acción ante la imperfección del mundo que nos rodea. Pese a su carácter más lírico, este libro tiene mucho en común con su anterior obra «Entre cunetas», dedicada a los muertos en la Guerra Civil y que todavía siguen tirados en los campos de España.

Junto a este cuerpo central del poemario, aparecen también referencias a la poesía comprometida, toda poesía debe ir unida a un compromiso ético, no olvidemos que para Luis es un tema fundamental. Aparece también la crítica a otros aspectos más localistas como la situación de Zamora, su ciudad, tema que le preocupa desde su faceta más política.

La densidad temática en ningún momento merma la calidad literaria de la obra, todo el poemario es un excelente ejercicio de musicalidad, con una cadencia y un ritmo muy logrados, lo que unido a un cuidado casi artesanal del lenguaje hacen de este libro una lectura muy recomendable, tanto por su faceta literaria como ética y humana.

Este libro se abre como el amanecer y se cierra en un crepúsculo que no dejan de ser el momento decisivo en que podemos conocer, desvelar el mundo, los momentos en que las sombras toman posesión de todo y, por tanto, observamos el mundo en todas sus dimensiones.

 

 

Distancia de ti a mí,

distancia.

Entre tú y yo,

nada.

Valorio 42 veces, Agustín García Calvo.

 

Pablo Malmierca. Aldealengua, 2/6/2017.

Próxima publicación de «Catálogo de terrores domésticos», Pablo Malmierca

El próximo día 20 de marzo estará a la venta mi nuevo libro. En esta ocasión «Catálogo de terrores domésticos», Piediciones, donde se recorren muchos de los grandes hitos del terror clásico y contemporáneo. Mi agradecimiento a Von Laveau por sus ilustraciones, sin las cuales este libro no hubiera sido el mismo y a Vicente Muñoz Álvarez por su excepcional prólogo y sabios consejos.

Os dejo un breve extracto del prólogo para que vayáis haciendo boca:

«Desde el inquietante En la celda que abre el libro (donde una secta de adoradores de Aleister Crowley inicia en su culto a un autoestopista), hasta Sin opción (un claustrofóbico mondo caníbal), el relato que lo cierra, Pablo despliega un arsenal de recursos temáticos y estilísticos, pasando del realismo sobrio y descarnado de algunos textos (Todo gratis, Sentirse viva) a la ficción onírica de otros (Somnis, Metamorfosis, Fragmento), dejando un reguero de sangre y cadáveres  a su paso.

Monstruos y prodigios, conjuros y hechizos, razas de la noche y outsiders de todo género y tipo desfilan por estas páginas en turbadora armonía, componiendo un escalofriante mosaico de atrocidades.

Acomódense en sus butacas, queridos drugos, la función va a comenzar.

Vicente Muñoz Álvarez»

Hoy hace una año…

Hoy se impone una reflexión. Hace aproximadamente un año que comencé a escribir de cara al gran público, llevaba mucho tiempo haciéndolo de forma privada, creo que desde mi adolescencia, no lo recuerdo exactamente. Mi desembarco en el mundo de las letras no ha sido fácil, salir de la nada e intentar medrar en un medio en muchas ocasiones hostil es un camino arduo en el que muchos sucumben.
Escribir es un viaje hacia adelante, que no una huída hacia adelante. Cuando se intenta tener una voz propia, fuera de líneas consagradas, sin reconocer maestros, todo se vuelve más complicado. Lo fácil en este momento es acoplarse a las modas, a las grandes líneas marcadas por el devenir poético. Los apoyos surgen inmediatamente, ascender se vuelve un juego social en el que importan muy poco otras cosas. Pero qué le vamos a hacer, somos así.
Escribir dD supuso para mí un cambio en muchas cosas. En primer lugar encontrar una forma de escritura personal, alejada de los cánones actuales. Algunas de las críticas que he recibido se refieren a mi manera de entender la poesía. En lo formal intento llevar la métrica a sus límites mas absolutos con la prosa, hay quienes han buscado en mi libro las pautas de las preceptivas. Nunca las encontraran la poesía es algo vivo que evoluciona, ¿ y por qué no retorcerla hasta sus límites?, puede gustar o no, pero es una opción. Como ha demostrado la profesora Utrera Torremocha en su reciente libro «Estructura y teoría del verso libre», la métrica se ha enriquecido de forma drástica en los últimos cien años con innumerables experimentos que no dejan de ser poesía.
dD también supuso dejar mucho de mí mismo en la escritura, es un libro duro, con un tema arriesgado en el que subyacen numerosos subtemas. En lo personal ha supuesto encontrarme cara a cara con personas que han sabido sentir y sentirse identificados con la tesis del libro. Con críticos que han sabido ver en el texto lo que tiene de novedoso. Pero lo que es más importante me ha servido para descubrir a un gran número de lectores, la mayoría anónimos que se han acercado al libro sin ningún tipo de prejuicios previos, ese ha sido uno de mis triunfos.
dD también es un riesgo editorial, una persona muy relacionada con la literatura y organizador de un importante encuentro me dijo que mis editores estaban locos. Quizá esa fuera también otra de mis fortunas, encontrar a unos editores lo suficientemente locos como para arriesgarse conmigo y mi escritura. Por suerte, los resultados no han sido malos. Desde aquí agradezco a Piediciones su confianza en mi proyecto literario.
Quiero agradecer también a todos mis lectores, reales y virtuales. Gracias por vuestros comentarios, por vuestro ánimo, por vuestro apoyo, incondicional en muchos casos.
Gracias a todos los que he conocido en este largo año, poetas, libreros, escritores y todos los relacionados con el mundo literario.
Como he dicho más arriba escribir es un viaje hacia adelante en el que, en mi caso, no hay puertos preestablecidos. En breve aparecerá en Piediciones, sí, la de los editores no muy cuerdos, mi segundo trabajo. También muy arriesgado, en este caso un libro de relatos. (Gracias Puri Sánchez P e Iñaki Hernán)
Pero escribir sin vivir tampoco es posible. Y en mi caso tengo la inmensa suerte de tener a mi lado a tres personas que hace mucho se convirtieron en parte de mis huesos, mi mujer Cristina Sanchez Perez y mis dos hijos. Con vosotros el camino siempre es más fácil.
GRACIAS A TODOS, DE CORAZÓN.

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