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Poesías, prosa, reseñas y fotografías de Pablo Antonio García Malmierca

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Poemas

Nosotros, puerto seguro. Reseña de «Haga lo que haga en la tierra» de Vicente Muñoz Álvarez. Canalla Ediciones, 2020.

El mundo avanza y la poesía de Vicente Muñoz Álvarez sigue su propio camino, un recorrido alejado de modas y círculos poéticos, más atento a sus propias referencias que a sus contemporáneos, de los que se convierte en algunos momentos en verdadero crítico.

Para aquellos que desconozcan la escritura de Vicente podríamos decir que se trata de una literatura que él mismo denomina autobiográfica, tal y como nos dice en la “Nota preliminar” a este libro y que de alguna manera sella el pacto autobiográfico con el posible lector: “la dialéctica entre mis dos oficios, el calzado y la escritura, y el modo y la consecuencias de intentar combinarlos, por un lado, y la poética autobiográfica, escueta y esencial que les caracteriza.” (pág. 15). Haga lo que haga en la tierra se inserta en una trilogía más amplia compuesta además por Días de ruta y Travesía, que como el mismo autor nos dice son: “…una crónica (poética y crítica) de los tiempos que corren y estamos viviendo, de la debacle del capitalismo y el desmoronamiento de la economía de mercado, y al mismo tiempo de la dinámica y sinsabores del oficio de la escritura (don y maldición), (…) el amor (y el desamor) (…) Tres libros, tres visiones, tres miradas. Y un solo corazón latiendo.” (pág. 15)

Hasta aquí el pacto autorial con el lector, sinceridad y desnudez por parte del autor respecto a los posibles lectores. Pero me gustaría ir un paso más allá y etiquetar, palabra que odia Vicente, a Haga lo que haga en la tierra de obra autorreferencial. La autorreferencialidad supone un paso más allá de la autobiografía y supone introducir al propio autor como elemento de la poética del libro. La forma más habitual de hacerlo es incluir el nombre del autor en alguno de los poemas, cosa que Vicente declina hacer, en su caso opta por la otra de las técnicas propias de este subgénero literario, la referencia a hechos autobiográficos. Esta identificación de la voz poética-personaje con el autor real se hace patente en poemas como “Ella y el pienso”, donde el poeta rememora la pérdida de un ser muy querido que le dejó no hace mucho: “su manta su collar / su champú su cepillo / su bebedero su comedero / su correa su cartilla / / y el pienso / que no terminó // siguen a mi lado // Ella y el pienso / no lo terminó. “ (pág. 57). A este índice de autorreferencialidad me gustaría unir las palabras que reproduje más arriba de la “Nota preliminar” donde el propio autor hace explícita su intención autobiográfica, es decir, de convertirse en propio material poetizable. Sin embargo, en nuestro autor este material abarca mucho más que la pura historia vital, incluye sus lecturas, sus referencias, su devoción por el cine, que ya ha plasmado en diversos libros. En Vicente Muñoz Álvarez la autorreferencialidad se dispara a muchos niveles que trataré de desgranar en esta reseña que en cierto modo es continuación y ampliación de las que ya realicé de otros de sus libros anteriores Gas y Travesía.

Haga lo que haga en la tierra se divide en cuatro partes, cuyos títulos ya de por sí son significativos a la hora de hacer una lectura pormenorizada del texto, estas partes son: “Mar adentro”, “Vórtice”, “Aguas profundas” y “Llegar a puerto”. Esta forma de nombrar nos hace viajar a otro de los títulos del autor Canciones de la gran deriva. Vicente es gran admirador de la literatura de terror relacionada con el mar, en español podemos encontrar dos grandes antologías publicadas por Valdemar: Aguas profundas y Mares Tenebrosos. A este primer gran referente me gustaría unir un segundo punto de unión de estas cuatro partes, la idea de la vida como viaje, un viaje que parte, como la vida de la infancia donde la realidad es otra de la que te contaron y debe ser reedificada, pero vista con nostalgia, el pasado como parte irrecuperable de la vida. Así Vicente aparece trasmutado en el Homo Viator medieval que viaja tras su destino.

La primera parte “Mar adentro” es el punto de partida de este viaje, con referencias a dos autores a los que el viaje caracteriza, Stevenson y Kerouac, parte de la escritura y la infancia como lugares en los que se funda. La escritura en Vicente se basa en su particular forma de ver la realidad “por qué veo yo negro / cuando los otros / ven blanco” (30), outsider irredento de las letras españolas ajeno a modas y grupúsculos poéticos. Por esa razón siempre se ve eligiendo “¿un camino? / ¿y el resto? / ¿dónde queda?”. Esta sensación le lleva a recuperar otro de los tópicos literarios que jalonan este libro, el de la Fortuna como hacedora de destino. Siempre decidir como un salto al vacío (pág. 33), merece la pena seguir adelante si el dolor es cada vez mayor, si esperas más de lo que te pueden ofrecer. Pero al autor siempre le queda el amor como tabla de salvación y la propia esencia frente a los demás: “fingir estar / figurar // frente / a Babilonia // urgencia de ser / yo mismo.” (pág. 40). La vida nos puede llevar a la cosificación, como vemos en “Necrófagos”, donde se utiliza la imagen de la víctima cosificada por el psicópata como imagen del destino del hombre actual.

En este juego de referencias contemporáneas y clásicas, merece especial atención el poema “Calavera no llora” (pág. 47), donde aparece un tema que Vicente ha escamoteado en esa “Nota preliminar” y que subyace a algunos de los textos del libro, la muerte. Este poema recupera a Jorge Manrique parafraseando algunas de sus palabras e incorporándolas a la especial poética decantada hacia la que la poesía de Vicente viaja de una forma cada vez más clara. Dice el poema “contemplando / la vida// viendo / la muerte pasar // cómo nos acecha / y espera // ávida impaciente / calavera// tan callando).

Otras referencias en esta primera parte que merece la pena destacar son las continuas referencias a una de sus grandes pasiones, el cine de género, aparecen así de forma más o menos explícita Sangre para Drácula o Carne para Frankenstein de Paul Morrisey, Le ballon rougue, Crisis? What Crisis, Alta Tensión, Unforgiven y un largo etcétera que puede suponer un juego de lectura para cinéfilos. A este entramado de películas cabe unir otro de referencia literarias, que junto a los relatos inspirados en el mar o las referencias a Jorge Manrique, debemos incluir otras como Huysmans, Nietzsche, Sartre, Rimbaud, Poe, Jenofonte, que por no ser este el espacio dejo al lector su búsqueda en el libro.

Todo ello con una poética de la desnudez que busca dejar atrás todo lo accesorio, versos cortos de ritmo rápido concisos como un disparo de adrenalina, despojados de todo lo accesorio con escasas concesiones retóricas a excepción de las antítesis, que casan tan bien con esa postura de don/maldición con la que Vicente ve la literatura y el oficio literario. Este uso de las antítesis (luces / y sombras// besos / y heridas // pasión /y traición // amar / y errar // todo / en el corazón / a la par) contribuye a acelerar aún más el ritmo de estos poemas ya de por sí breves y rápidos.

En resumen, frente a la desnudez del poema Vicente nos deja lo intrincado de las abundantes referencias que explicitan u ocultan sus poemas. “Mar adentro” nos presenta al sujeto poético enfrentado a la sensación de estar perdido en la inmensidad del mar, a la deriva que todo lo puede. El hombre enfrentado a una inmensidad que no controla, que le lleva incluso a sentir la náusea sartreana, y que le hace tener el (deseo de ser / tiburón) (pág. 39).

El deseo de esencialidad del autor le lleva en la segunda parte “Vórtice” a trabajar el haiku, forma que ya aparecía en GAS y que aquí se transforma en el lugar donde convergen los temas del libro, podríamos hablar que son el vórtice de la tormenta desatada en “Mar adentro”. Siguiendo esta dialéctica la tercera parte “Aguas profundas” es el lugar al que el sujeto lírico llega tras pasar el vórtice de la tormenta. Continúa su interiorización de la muerte, para dejarnos un nuevo elemento autorreferencial en “Paso del Noroeste” (102) la cincuentena como paso lleno de dificultades en la vida. Se inicia con esta parte donde lo personal, su trabajo como comercial, el amor, su visión del mundo, se convierten en temas contrales. Quiero centrarme en la crítica que se realiza tanto del sistema capitalista como del sistema literario que nos domina.

En “Le grande Boufee”(pág. 121), nueva referencia al cine, nos habla del peor de los poetas (un poeta / (sobre todo social) / corrupto), para en “Confesión” (124) darnos su antítesis (los escritores serios / no se comen una puta rosca // en suma // pero son libres / y auténticos // doy fe), lo que nos lleva al malditismo en “Danza de las calaveras” (143).

“Llegar a puerto”, cuarta y última parte del libro de poemas supone un giro argumental en el texto, frente a lo negativo, al sufrimiento, al contemplar con dolor Babilonia, todo marinero regresa a puerto, cierre de la metáfora del viaje, que convierte Haga lo que haga en la tierra en una bella alegoría vital. Será aquí Ulises (pág. 175) el que encarne la figura del sujeto lírico “vuelvo de nuevo / al hogar”. Todo acaba positivizándose en esta parte (la luz radiante / de invierno / que nos ilumina // ahora // bálsamo/ para el corazón) (pág. 169). Será la meditación la que otorgue la paz buscada frente a la locura del mundo (en los que observas / pero no juzgas / sientes pero no sufres / vives pero no piensas) (pág. 170). Alejarse de todo lo que es negativo (fuera siempre / lo que te hace sufrir) (pág. 171).

Se vuelve aquí central el poema que recupera el poema con que se abre Don de la ebriedad del zamorano Claudio Rodríguez, (la claridad / la ebriedad / la iluminación // vienen siempre / del cielo) (pág. 173), debemos buscarnos fuera del mundo, nueva dicotomía que refleja como estar en esta Babilonia. Será el amor el que junto a esta iluminación salve al sujeto lírico de la deriva (todo lo salva / el amor) (pág.177)

En conclusión, Haga lo que haga en la vida, se nos muestra como un libro desnudo y despojado en lo retórico, pero muy rico en referencias y lecturas. Alegoría del viaje vital al estilo, tan propio, de Vicente Muñoz Álvarez, que como demuestra es una de las voces más originales y alejadas de grupúsculos poéticos que podemos encontrar en la actual literatura española. Desde su posición de outsider sigue defendiendo unos ideales y formas de hacer literatura que quizás le hayan alejado de cánones preestablecidos, pero que a sus lectores nos brinda la oportunidad de una literatura que sabe a verdad.

Pablo A. García Malmierca

Aldealengua, 7/02/2021

La música de mis poemas VI. Daron Malakian.

Neolengua

Todos los cristales rotos

conducen a memorias sin experiencia,

tan próximo a ti

el cañón del revolver sin percutir,

te comunicas sin entender,

él no querrá hablarte de sus retrocesos.

El tiempo explota en mis manos

tan lejos de tus palabras,

tan absurdo como tu éxito impostado.

La violencia de la pantalla

seduce las imágenes,

tu boca hiere con forma de cuchillo,

la esperanza sobre el campo de batalla.

La empatía se disemina

víctima de la velocidad y el erotismo.

Pablo Malmierca

Un año de la publicación de «La voz estremecida»

Este mes se cumple un año de la publicación de «La voz estremecida» con EOLAS EDICIONES. Quiero agradecer a todos los que me han acompañado como presentadores en las presentaciones: Luis Ramos, XenarOvin Odarrut, David Acebes Sampedro, Erre Saravia, Ibai Pascual Martín y María Ángeles Pérez López. Sin ellos y sus acertadas lecturas no podría haber llevado el libro por las distintas ciudades.
Gracias a Pale Reader y Letras Corsarias por el apoyo constante, a Librería Octubre de Zamora, a Biblotecas de León y a Mariado Martinez Lombó.
Quiero agradecer también a todos aquellos que se tomaron su tiempo en la lectura y reseña del libro: José LuisMorante, Jesús Cárdenas Sánchez, Luis Ramos y David Acebes.
A La Opinión de Zamora y en especial a Natalia Sánchez Gallego.
Sin olvidarme de todos los lectores que me habéis acompañado en este arduo camino que es publicar y dar vida a un libro de poemas.

https://puentesdepapel56.blogspot.com/2020/01/pablo-malmierca-la-voz-estremecida.html?m=1

https://www.todoliteratura.es/movil/noticia/51715/entrevistas/entrevista-a-pablo-malmierca:-si-no-nos-conocemos-a-nosotros-mismos-nunca-podremos-aprehender-todo-aquello-que-tenemos-alrededor.html

Reseña- Entrevista a Pablo Malmierca, por «La voz estremecida»

http://mori-bundia.blogspot.com/2020/02/del-desgarramiento-hegeliano-al.html?m=1

https://www.laopiniondezamora.es/zamora/2019/10/10/pablo-malmierca-escritura-vive-ahora-1149738.html

La música de mis poemas V

Aguijonean tus ojos

How could it end like this?

There’s a sting in the way you Kiss me

Something within your eyes

Said it could be the last time.

Ghost. Dance macabre

Los tambores percuten la piel,

el ritmo hastiado del destino

deriva en confusión melódica.

En la noche

las luces dejan su olor a fracaso.

Posada en tus ojos

la zarza ardiente del deseo.

No quedan rastros de fe en tu mirada,

no puedo buscar la verdad

en el resplandor de tus latidos,

el hambre sin saciar

de mis manos en tu esperanza.

En la noche

busco el principio de la luz cegadora.

Pablo Malmierca

La música de mis poemas (IV). Marilyn Manson.

[todo lo demás es perfume]

But once you’ve ihnaled death

[everything else is perfume]

Marilyn Manson. We are chaos.

Instalados en la saciedad,

sobre la opulencia de los objetos vacuos,

hemos perdido el olfato.

Entre una miasma de perfumes baratos,

nuestros sentidos

viven el continuo engaño

del apremio positivo.

Ha llegado el momento de preguntarnos

por nuestra inflamabilidad,

si somos objetos fungibles,

perfectamente obsolescentes.

¿Somos en la imperfección de la compañía

o en la soledad sonora que acompaña?

Nos ofrecemos a la luz

cuando la verdad se posó en el ala de un cuervo.

Pablo Malmierca

[oquedad]

Sobre la lentitud de los muros

golpean lágrimas de incomunicación.

Absortos en la cavidad del trueno

rinden su voluntad de papel

a la voluble voluntad de lo oscuro.

Las nubes presagian

el principio de la salinidad de la roca,

con tu boca pegada al suelo

ya no distingues los días aciagos.

Buscas en el tropiezo del ocaso

el sabor de tus huesos,

solo la [oquedad] de la tierra

muestra el pasto de tu locura.

Aquello que nos salva

se aposenta en la irracional música

del aroma a cromo y lavanda.

Pablo Malmierca

“Del desgarramiento hegeliano al compromiso moral con el oficio poético” Reseña de «La voz estremecida» por Luis Ramos.

“Del desgarramiento hegeliano al compromiso moral con el oficio poético”                                                  

Sobre LA VOZ ESTREMECIDA de PABLO MALMIERCA

Una de las claves y estrategias necesarias a la hora de merodear, indagar o reflexionar sobre el pensamiento poético de un autor, es poner sus versos frente al espejo que le ofrece su obra anterior, a fin de poder entender el caminar de sus versos y los conceptos que configuran el hecho poético que pretende, si éste no es solamente una mera colección de poemas. Por amistad, por cercanía y por respeto a su trabajo, he tenido la suerte de conocer todos los libros de poesía de Pablo Malmierca, libros con la tipología y la entidad respectiva y peculiar de cada uno, pero a la vez, lugares, y subrayo esto de los lugares, donde la hechura de los versos han ido cobrando mayor relevancia y mayor altura con el paso del tiempo. Estamos, pues, delante de una obra en proceso. Así, aquello que en su primer libro dD estaba al lado del “desgarramiento hegeliano”, es decir, “del encuentro de sí mismo con la verdad que pretende buscar” y que le llegaba  desde  las múltiples presencias de lo psicológico, o aún más, de todo aquello que rondaba los mundos de la psiquiatría; y que a la postre y afortunadamente se iría decantando hacia el lado de lo moral. Modo de acción poética desgranado con atención y mesura en sus versos de forma cada vez más abierta e intencionada en su segundo libro No comas mi corazón; de modo que aquello que denominamos en dD y gracias a la gradación de las imágenes poéticas, como POEPICOMIC, tan cercano a mi juicio a la épica de las imágenes del gran dibujante francés Moebius, se iría abriendo poco a poco y de manera ponderada, pero con los ajustes necesarios, a una definición de lo poético que ya en No comas mi corazón me atreví a calificar de POETICOMIC, dado el alto grado de compromiso moral que desde la poesía y la limpieza de sus versos planteaba el poeta. Puedo decir también, que se podría considerar esos dos primeros libros como “libros frontera”, como lugares de paso abierto, que se ofrecían al descubrimiento de un lenguaje cada vez más peculiar y determinante para el estilo de nuestro poeta. La voz estremecida, siendo también un libro de amor y búsqueda, recoge el guante que le lanzara todo lo anterior y se abre en forma de Libro de entrega y ofrecimiento, rítmicamente ajustado hacia una Neopoética centrada, ahora sí, en la Metapoesía y en el deseo de desenmascarar, desde el desgarro o la serenidad de los versos, el batiburrillo de afluentes poéticos que aparecen desde sus gaseosos “no lugares” enturbiando el río incesable de aquella poesía que está y pretende la búsqueda de la limpieza y la claridad. Estremece esta voz que se busca en la necesidad de orearse en el compromiso moral con el propio lenguaje, con sus usuarios y con aquellos que vistiéndose de poetas con mando, inclusive a distancia, reparten el bullicio y las prebendas literarias como si fuesen los poseedores del sonido, del silencio e inclusive de los ruidos. En los versos de Pablo Malmierca vemos a la poesía serena pero contundente apareciendo como mediadora, como intermedio o metaxú platónico, entre el lenguaje y las cosas que nos rodean; o lo que viene a ser similar, la poesía surgirá como intermedio entre la voz del yo poético y lo otro poetizado y estremecedor que nos circunda buscando y pidiendo su lugar. Pero esta mediación, este acercamiento, lo va a presentar Pablo Malmierca desde la ruptura, desde la génesis de un vacío estremecido pero sin embargo renovador y generador de lugares y “encuentros” necesarios. Este lugar nuevo, este espejo que devuelve constantemente al poeta las imágenes necesarias, y que aparece desde el vacío, es estremecedor a la vez que clarificador, porque genera y busca acciones, -benditos sean por siempre los verbos-, y nombra lo que necesita, -benditos también los sustantivos-, sin acudir a lo hueco y sin la contundencia que se deriva de los adjetivos gaseosos y gasificados tan mal usados y abusados en las poéticas del barullo y el  batiburrillo especular de las pantallas. La voz estremecida, es un libro de poemas, acertado, certero, organizado y bien construido, que ha salido del armario de lo simplista hueco y ha huido del atufado poemario modernil para fluir limpio y construir una propuesta que se acrecentará con los dos próximos libros de esta Trilogía implicada en la lucidez que se deriva de una mezcla cuidada de ritmos diversos y tipologías poéticas diferentes, donde cobra fuerza eso neutro que es vivificante y tanto nos gusta: lo oscuro, lo seco, lo vacío, lo grave, lo gore, lo abstruso…, en definitiva, lo poético. Termina La voz estremecida con una contundencia definitoria y abierta a partir de los Números y las Cenizas en busca de nuevos Estremecimientos, o lo que es lo mismo si jugamos con el lenguaje, “Extremecimientos” o mecimientos extremos desde la palabra poética necesaria. De “la voz estremecida” iremos caminando hacia El tacto estremecido, su próximo libro. Dejémonos acariciar, mecer y abrazar por esta propuesta poética seguramente configuradora de un nuevo gran libro. Enhorabuena poeta!                                                                                  

Luis Ramos de la Torre
                                                                                     Zamora 20-02-2020

Publicado originalmente en: http://mori-bundia.blogspot.com/2020/02/del-desgarramiento-hegeliano-al.html

Entrevista en el videoblog de la escritora Alex Meza Fourzán

La escritora mexicana Alex Meza Fourzán me ha realizado una interesante entrevista en su videoblog, Rubias vs. morenas, os dejo el enlace por si os resulta interesante escucharla.

Extracto de «La voz estremecida», Pablo Malmierca, Eolas Ediciones

«La voz estremecida. Trilogía del estremecimiento I». Es un libro de poemas que deliberadamente carece de nota en la contraportada pues se trata de un libro sobre la búsqueda que cada lector debe realizar al leerlo y, muchas veces, las palabras editoriales nos condicionan sobre el contenido.
Se trata de mi proyecto más ambicioso hasta la fecha. Este libro de poemas es la primera entrega de la denominada Trilogía del estremecimiento. He construido mi discurso ante la contemplación de la forma en que la poesía conforma el mundo que nos rodea, diversas voces se cruzan en nuestro camino y se entrecruzan para crear una voz propia que puede ser triste, combativa y en ocasiones se llena de esperanza. Un libro donde se mezclan los poemas y las micropoesías, que cabalgan entre el aforismo, la intuición poética y un ejercicio de pensamiento, que hará al lector plantearse preguntas sobre el mundo que nos rodea a todos, sobre la palabra en la que se funda la realidad. Porque tal y como dice en el primer poema:

Nombras
para conocer,
para engañar,
para vivir.

Gracias desde aquí a todos los que me leéis y me acompañáis de una forma u otra.

Os dejo una pequeña muestra del libro gentileza de EOLAS EDICIONES

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