Los Pescador.
Sobre el adoquinado de una apartada calle yacía un bote de pesca. La noticia había corrido rápidamente por Villaseca de los Páramos. Cómo en un lugar a mil kilómetros del mar y con su río seco podía haber una barca. Todas las miradas se dirigían a la familia Pescador que acababa de instalarse en la casa colindante, pero nadie se atrevía a preguntarles. Así entre dimes y diretes amaneció y por la puerta salieron tres personas, llenaron la barca de tierra y plantaron numerosas flores. Habían decidido dar vida a aquella calle oscura y sin encanto.
Pablo Malmierca.