Podéis leer mi poema «Piedra» en la revista «La Quimera» (Argentina)
http://revistalaquimera.com/2015/08/28/la-quimera-n-94-agosto-2015-2/
Podéis leer mi poema «Piedra» en la revista «La Quimera» (Argentina)
http://revistalaquimera.com/2015/08/28/la-quimera-n-94-agosto-2015-2/
Recupero un último poema, escrito a la vez que los anteriores de la serie poesía ecologista.
CLAMOR
Dibujadas sobre el eterno firmamento
efectúan con incesantes oscilaciones
su macabra función, en un instante violento,
las lanzas, las alabardas de dioses inertes,
imperturbables, altivas, imperecederas,
rompen el firmamento con inmutables dedos
que apuntan al Olimpo, su espacio infinito,
donde nacieron de divinos brazos hercúleos.
Júpiter lanza su enojo para recordar al hombre
la potencia del cosmos, brutal prueba de mando.
Luz, tinieblas, estruendos, el ocaso sin nombre,
se despedaza el limbo, cae roto sobre el mundo.
Después de un tiempo sin dejar ningún poema vuelvo a utilizar el blog para compartir algunas de mis antiguas creaciones. El hombre, el deísmo, la naturaleza, la pérdida, en definitiva el destino del hombre..
Devoradores
Grabados en la intangible línea fronteriza
aparecen los monstruosos lacayos del hombre,
esbirros sin alma, sin castigo; su coraza:
la eterna voracidad que no aplaca el hambre.
Avanzan reptando hacia la inmaculada selva,
destruyen, devoran, arrasan todo a su paso,
degluten con horrible afán el sostén, la savia
irrepetible. Sobre cada instante furioso
eleva sus súplicas, sus llantos, canto vano,
incomprendido por su vástago predilecto,
lucha sin fuerzas en batalla perdida.
Los antiguos dioses recuperarán su puesto.
Sigo recuperando antiguos poemas, atlas es un poema crítico, ecologista, nihilista, es todo y es nada como la mayoría de mis poemas.
ATLAS
Arde en loca lujuria la vida, consume
su existencia entre aires cargados de ilusiones
plenas de muerte. Paria del cosmos, sostienes
el hogar de salvajes sacados de ficciones.
Atlas, agonizas, y entre el perfume del hombre
descansan tus despojos en el lienzo divino.
La ira del dios cargante caerá sobre el sin nombre
arrancará los ojos al que osó ser destino.
Abandonado el mundo caerá al eterno abismo
del tiempo sin nombre, de inexistente espacio,
donde Atlas dejará al globo a merced de sí mismo.
Hoy voy a compartir un poema escrito hace mucho tiempo, la vena ecológica la podéis ver o no, en vosotros queda.
EOLO
Por la arteria de asfalto ya no yerran marionetas
sólo circula la negra brea del instinto;
Eolo y su aire abrasador abren las puertas
de piedra que ocultan los pesares del proscrito.
Mas la respiración asmática del ser-masa
lanza oscuras ráfagas allende el viajero,
transformándolo en muerta lobreguez tenebrosa
ansiosa de la sangre corrupta del cabrero.
Nunca más lavará las excrecencias del huido,
tan sólo las llevará de un lugar a otro, hará
de mensajero de la muerte alada, ángel caído,
sobre él la vida del proscrito nunca será.