(…)
El tumulto del origen:
sonidos agridulces golpean sienes desnudas,
seres atropellados agrietan el suelo a su paso,
cráneos a punto de explotar.
Silencio:
las ramas de los álamos entrechocan,
las astas de los ciervos crujen con el viento,
globos oculares arden en procesionarias.
Quietud:
la sangre hierve en cuencos de espuma,
la realidad deviene el aroma de un narciso,
manos llagadas.
El cuerpo expone sus memorias:
la risa, la convulsión, la senectud…
Destino:
la muerte visión del futuro,
el presente deleite de vivir,
secretos unidos a decorados del pasado.
Pablo Malmierca