La incertidumbre como espacio de libertad.

Por Pablo A. García Malmierca.

No se me ocurre mejor manera de comenzar a hablar de un libro como es La densidad de los números de Luis Ramos que citando a Ilya Prigogine, nos dice en su libro Las leyes del caos que la comunicación entre los miembros de la cultura científica y la humanista siempre ha sido difícil, que las ciencias se expresan en términos matemáticos y que los humanistas no son sensibles a la belleza de las matemáticas, para terminar afirmando que el verdadero problema es la incorporación del tiempo: en la cultura científica el tiempo es determinista, mientras que en las ciencias humanas está dominado por la noción de incertidumbre. Podemos entender la incertidumbre como la dificultad para hacer un pronóstico acerca del futuro. En estos tiempos de capitalismo financiarizado, donde todo se reduce a algoritmos numéricos que controlan nuestro consumo, Luis Ramos se posiciona del lado del ser humano y la incertidumbre en el futuro entendida como libertad, libertad por construir un provenir alejado del control de los números naturales, que aquí se convierten en todo lo fijo, lo inmutable, el lugar donde no existe la libertad, frente a los números racionales que representan el espacio de libertad que queda entre esos números naturales. Pues “…todo es número, / matriz, medida abierta, / todo llama en su cifra y en su haber”. Metáfora del mundo rígido que conlleva el consumo dirigido desde el algoritmo que controla nuestros impulsos y nuestra dopamina desde las innumerables pantallas que nos rodean.

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