Comenzar a leer El fondo del cubo es toparse con una cita de Sharon Olds que dice así “He lay like someone fallen from a high”, y si pasamos la página una dedicatoria “Padre: te miro y me veo en ella”. Este simple acto de lectura nos abre una serie de intertextualidades y diálogo entre textos que se convierte en un potente punto de partida de todo el libro, la referencia al padre y la cita de la autora norteamericana nos llevan sin apenas quererlo al libro de poemas que la crítica ha considerado la piedra angular de su creación: The Father.
Esta abertura del libro me hace plantear esta reseña como un diálogo entre la obra de Olds y la del zamorano David Refoyo. Estamos así en la primera encrucijada que nos plantea la obra sus posibles lecturas. Si hacemos caso de estas dos primeras referencias, recordemos que aún no hemos penetrado en el texto, ¿o sí?, estaríamos antes un texto de lo que en la actualidad se ha denominado con el nombre de Poesía especular,
Poesía especular: (Desobediencia. VV. AA. El sastre de Apollinaire. Poesía, 42) Dentro de las cuatro categorías con que trabaja la antología Desobediencia (poesía non finito, Intrapoesía, Poesía especular y Poesía de la otredad), todas ellas permeables y sin límite fijo. Dicen Marco Antonio Núñez y Óscar de la Torre de la Poesía especular en el prólogo: “el poema consiste en un relato estratificado de una serie de textualidades que van encajando unas en otras. Una narración en abismo: identidad y texto literario enlazados. Al traducir esos estratos se ejerce la palabra a modo de interpretación de la identidad. El poema resulta ser una matrioska. Poemas en abismo. Texto que se abre a otros textos y se cierran sobre ellos mismos…” (pág. 10)
Encontramos en The father versos como los siguientes: “…El sabe/ que cuando muera vivirá en mí.” (pág. 15) o “como si mi padre pudiera vivir y morir / a salvo dentro de mí.” (pág. 16) Esta, digamos, asimilación del padre en el yo lírico, que aquí está más próximo a la figura del narrador como explicaré más tarde, está presente en la historia que nos cuenta El fondo del cubo, la historia de un padre a través de su hijo, que también será padre y adoptará el imaginario paterno “Pienso en tus catorce años y quisiera que fuesen catorce /de verdad catorce sin la ampulosa prisa de las hormonas / que no te veas empujada al cubo que no seas como yo fui / un padre no puede ser ejemplo sin haber sufrido la / barbarie” (pág 45). Hijo que es padre y que como este ha heredado profesión de limpiacristales con sus pecados y virtudes, todas ellas presentes en la recurrente imagen del agua al fondo del cubo. En este punto podríamos relacionar el libro de David Refoyo con una larga tradición que viene de la literatura norteamericana, la crónica de dramas familiares. El autor zamorano podría haberse quedado aquí, pero este libro de poemas es mucho más.
Sharon Olds ha sido encuadrada dentro de la gran corriente de vanguardia denominada como Exteriorismo, pero recordemos que este movimiento literario tiene sus inicios en Hispanoamérica en concreto en el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Con origen en Pound y T.S. Elliot el yo poético o yo lírico es reemplazado por una serie de personajes históricos o ficticios, en este caso la figura del hijo, verdadero hilo conductor y narrador de la historia del padre. El mismo Cardenal nos dice: “El exteriorismo es la poesía objetiva: narrativa y anecdótica, hecha con los elementos de la vida real y con cosas concretas, con nombres propios y detalles precisos…”. En El fondo del cubo abundan las descripciones del trabajo cotidiano del padre y el hijo “Mojábamos los cristales con agua y jabón / y el mundo se movía a nuestra espalda” (pág. 35).
Otro de los rasgos característicos del Exteriorismo también presente en este libro es el compromiso social, reproduzco parte del poema “Lunas” ejemplo de la vena social que recorre El fondo del cubo. “El cliente siempre tiene la razón / di sí hijo / un sí de esos como el de los evasores fiscales / / el pan no entiende de disputas / estudia hijo o tendrás que dedicarte a esto / a esto con un desdén innombrable/ …/ Abundan también los trozos de conversaciones siempre marcadas en cursiva como hemos visto en “Lunas”.
Pero si en el Exteriorismo predominaba la función referencial sobre la poética, David Refoyo ha conseguido un equilibrio entre lo lírico, la función poética, y la función referencial. Todo el texto aparece jalonado de metáforas y otras licencias poéticas que enriquecen el texto, “papá puedo sentir tu orgullo cuando clavo los codos / en el inexacto vientre de la ignorancia “. Lirismo que aleja al yo lírico de su función narrativa en el Exteriorismo.
Cabe destacar el uso del verso libre, muy próximo aquí al versículo libre de elementos sintácticos que junto al uso de recursos como la polisíndeton dan al texto un ritmo notable de lectura que lo alejan de su carácter narrativo.
En definitiva, un libro rico en referencias poéticas que se abre al lector en múltiples niveles que enriquecen los caminos que deja abiertos a la poesía actual.
Pablo A. García Malmierca
Aldealengua, 1/02/2021